Ambos tipos de elementos presentan ciertas ventajas y desventajas relacionadas principalmente con la generación de mallas, la precisión de la simulación y la estabilidad numérica. Los elementos tetraédricos, por ejemplo, son muy adecuados para representar estructuras muy complejas, pero proporcionan resultados menos precisos con la misma resolución de malla. Aunque los elementos hexaédricos pueden proporcionar resultados de simulación más precisos, suelen ser menos adecuados para discretizar geométricamente figuras muy complejas. Además, en ocasiones no es posible utilizarlos permitiendo una representación perfecta de los límites geométricos de un diseño.
Para la fabricación aditiva, una manera habitual de aplicar elementos hexaédricos es mediante la técnica de malla voxel. Esta técnica superpone una malla voxelizada para aproximar la geometría subyacente, sin embargo, con esta técnica, es probable que se produzca una representación errónea de la geometría. Para utilizar correctamente las mallas de voxel en la simulación, es necesario corregir la rigidez elemental reduciendo y aumentándola de las regiones que están infrarrepresentadas y sobrerrepresentadas con los elementos hexaédricos, respectivamente.