Fabricación aditiva e impresión 3D… resultado de la evolución social?

Podríamos decir que sí. Sólo hemos de contemplar la rápida evolución en el uso de la tecnología que estamos viviendo en nuestra sociedad, tanto a nivel local como global, a escala de usuarios y en grandes empresas. Cada vez más, la tecnología y la conectividad son la base de nuestras tareas diarias. Esta hiperconectividad que vivimos hoy a través de nuestros móviles y redes sociales a nivel de usuario, se traduce en la industria en el concepto de Industria 4.0. Pues bien, la impresión 3D es el paradigma de la industria 4.0 en términos de fabricación, permitiendo reproducir un objeto en cualquier parte del mundo, a partir de la información de un modelo 3D. Aunque no se puede decir que la impresión 3D sea una novedad, ya que las primeras tecnologías comenzaron a utilizarse alrededor de 1985, su uso como tecnología de fabricación en el entorno productivo es relativamente nuevo, y, de hecho, aún está en la agenda de innovación de muchas de empresas industriales.

Personalización. En nuestra sociedad cada vez tendemos personalizar los productos más y más a las necesidades y gustos de los consumidores finales, lo vemos en productos de consumo, automóviles, servicios…. La economía moderna nos empuja fuertemente hacia la personalización. Precisamente la impresión 3D es, de entre todas las tecnologías de fabricación, la que permite un mayor grado de personalización a menor coste. Cada unidad de una serie fabricada en una impresora 3D, podría ser un modelo diferente sin apenas introducir cambios en el proceso.

Democratización de la Innovación. La impresión 3D acerca el diseño y la fabricación a los individuos o consumidores finales, ya que permite a cualquier persona, sin demasiada preparación, crear objetos y experimentar con nuevos conceptos de una manera mucho más económica, haciendo posible que fabrique sus propias piezas de repuesto o nuevas creaciones, en su casa (concepto DIY – Do It Yourself). Este concepto , traducido a entornos industriales, permite que los equipos de personas sean más colaborativos e interactivos, reduce el tiempo de comercialización o entrada a mercado de los productos y contribuye a reducir las barreras a la Innovación.

Sostenibilidad. La impresión 3D desempeña un papel fundamental en la Sostenibilidad, optimizando la cadena de suministro, reduciendo los costes de transporte y sus consecuencias medioambientales, reduciendo el inventario mediante la fabricación de piezas de repuesto cerca del punto de necesidad y en el momento que se requiere su consumo. En definitiva, minimizando el coste de inmensos almacenes de piezas de repuesto, con los consiguientes gastos económicos y medioambientales, cuando no se conoce cuándo serán necesarias esas piezas, o incluso, si en algún momento se consumirán.

Podemos ir incluso un poco más, el hecho de que la tecnología sea “aditiva” también contribuye de manera importante a la Sostenibilidad. El hecho de que el material se deposite sólo donde se necesita, implica también un beneficio de ahorro de material, a diferencia de las tecnologías ‘ sustractivas ‘, que eliminan el exceso de material, generando desechos que posteriormente deben ser reciclados.