Impresión 3D y medioambiente, una profunda relación

Impresion 3D y medioambiente

Estamos en 2021 y ya no se puede negar el hecho de que la actividad humana necesita alternativas sostenibles para proteger (y mejorar) la salud del planeta. Todo lo que podamos hacer para reducir los residuos, el consumo energético y las emisiones de CO2 a la atmósfera no debería de ser una opción para los sectores industriales, sino una obligación.

Así pues, la tecnología tiene el deber de avanzar en este camino de la sostenibilidad, y técnicas como la fabricación aditiva nos acercan cada vez más a un futuro más verde. Más y más empresas se van sumando a la utilización de la impresión 3D, no sólo como método para ahorrar en tiempos de diseño y producción, sino también para reducir los residuos y los costes energéticos generados por su actividad.

La nueva revolución digital está transformando la industria y tecnologías como la fabricación aditiva están cambiando los métodos de fabricación tradicional de forma radical. Por todo ello, la impresión 3D es una forma muy inteligente de trabajar para llegar a una industria mucho más sostenible.

Fabricación aditiva y Sostenibilidad

La impresión 3D es un sistema de fabricación optimizado que sólo utiliza el material estrictamente necesario para la producción de piezas. Pero es mucho más que eso y sus aplicaciones son infinitas en una gran variedad de sectores: industria, construcción, arquitectura, salud, productos de consumo, y un largo etcétera.

En definitiva, la utilización de la fabricación aditiva en los procesos de desarrollo y de producción tiene un gran impacto en la eficiencia del proyecto, minimizando el uso de recursos y convirtiéndolo, por ende, en más sostenible.

Reducción de materiales y de residuos

Gracias a las maquetas inteligentes que surgen de la impresión 3D, se obtiene información que puede ser analizada para detectar incidencias que, de otro modo, reducirían la sostenibilidad y viabilidad de los proyectos. Entre otras cosas, la fabricación aditiva ayuda a detectar y prevenir pérdidas de energía, consumos excesivos de agua o la generación de residuos. De este modo, la industria puede hacer un uso optimizado de los recursos, asegurándose de que sus proyectos no tienen fallos que repercutan en el medio ambiente.

Además, la impresión 3D sólo utiliza el material estrictamente necesario para llevar a cabo la producción, y su uso en la fase de desarrollo del producto, minimizan las pruebas de ensayo y error, reduciendo así la cantidad de material necesaria para completar un producto final o un prototipo.

Impresion 3D

Reducción de los tiempos de diseño y fabricación

Para el sector AEC (Architecture, Engineering, Construction), la fabricación aditiva ha supuesto un gran salto hacia adelante. Los ingenieros pueden diseñar sus proyectos en tiempos récord a la vez que pueden comprobar su viablidad mediante prototipos funcionales antes de lanzarse a la fase de producción. Los arquitectos son capaces de construir, en cuestión de horas, maquetas superrealistas que, de otro modo, tardarían días o semanas en preparar. Finalmente, los constructores, ingenieros y técnicos pueden aplicar los diseños de arquitectos e ingenieros de forma optimizada, reduciendo tiempos y utilización de recursos de forma drástica, mientras evitan errores humanos difíciles de prever sin esta tecnología.

Todo ello ayuda a ahorrar tiempo y contribuye a un menor gasto energético y a un aumento de la eficiencia de la industria.

Reducción de la logística y fabricación local

Gracias a la impresión 3D, las empresas pueden internalizar gran cantidad de procesos. De esta manera se puede ahorrar mucho tiempo, esfuerzo, recursos y dinero en logística. Ya no hacen falta grandes almacenes para gestionar la producción, si no que, gracias a la rapidez de producción, las empresas ya pueden producir bajo demanda, es decir, tener un stock digital y fabricar las piezas cuando sea necesario. Fabricar lo justo y necesario en el momento oportuno representa un cambio radical que evita el desperdicio de recursos y energía  y desde el punto de vista económico, reduce drásticamente el capital inmovilizado. Esta necesidad de reducir la dependencia del suministro desde la otra parte de mundo de piezas que pueden ser críticas, ha aumentado a raíz de la pandemia de COVID-19, de la cual podemos aprender la necesidad de implementar la Fabricación Distribuida.

Además, se reducen significativamente los costes, tanto económicos como ecológicos, que implican los desplazamientos. Esto significa que las empresas ya pueden producir localmente, evitando gran cantidad de emisiones de CO2 a la atmósfera.

Con todo, podemos afirmar que la fabricación aditiva es una gran aliada de la industria 4.0. y del medio ambiente. La transformación digital pasa por la reducción de los costes ecológicos generados por la actividad humana y la impresión 3D ofrece muchas ventajas para optimizar el sector industrial

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